Cuatro preguntas y respuestas sobre el uso de la mascarilla

///Cuatro preguntas y respuestas sobre el uso de la mascarilla

El brote de COVID-19 ha comportado un incremento sin precedentes de la demanda de mascarillas a nivel mundial. Al igual que otras medidas preventivas, las mascarillas pueden contribuir a aplanar la curva, dado que pueden impedir que las personas infectadas dispersen el virus y a la vez protegen al personal sanitario que está en contacto con los pacientes infectados.

Aunque en Asia es una práctica común llevar mascarilla incluso con leves síntomas de resfriado, esta práctica es poco habitual en Europa y América. Dado que la COVID-19 ejerce una presión cada vez mayor en la capacidad de los sistemas sanitarios de todo el mundo, toda infección respiratoria que se pueda evitar a nivel personal se considera una contribución positiva a la lucha contra la COVID-19.

Llevar mascarilla no impide completamente la infección, pero puede limitar la propagación del virus porque evita que entren en las vías respiratorias gotas infectadas que, según los expertos, son una de las principales rutas de transmisión del coronavirus. Al mismo tiempo, los hábitos del usuario en relación con el uso de la mascarilla pueden influir también en su eficacia. Si no se usa correctamente, la mascarilla puede incluso incrementar el riesgo de infección.

También el nivel de protección difiere según el tipo de mascarilla que se utilice. El doctor Royth von Hahn, Senior Vice President, Medical and Health Services de TÜV SÜD, observa que «existe una amplia variedad de mascarillas en el mercado, como la N95, la KN95, o la FFP2, entre otras, y cada una está pensada para una finalidad diferente. Es importante conocer esas diferencias, el nivel de protección que ofrece cada mascarilla y el uso correcto de cada una».

En este artículo, el doctor von Hahn responde a cuatro preguntas frecuentes sobre la eficacia y el uso correcto de las mascarillas protectoras.

1.ª PREGUNTA: ¿CUÁNDO DEBE UTILIZARSE CADA MASCARILLA?

Cada tipo de mascarilla proporciona un nivel de protección distinto contra el virus. El doctor von Hahn explica que los usuarios deberían elegirla en función del nivel de riesgo al que pueden estar expuestos.

  • Mascarillas de un solo uso o quirúrgicas: Son útiles, por ejemplo, para ir y volver del trabajo, en transporte privado, y para estar en espacios al aire libre poco concurridos. Recomendada para evitar el contagio de un posible resfriado.
  • Mascarilla quirúrgica, mascarilla autofiltrante, o mascarilla protectora para uso médico: Para entornos de alto riesgo, con probabilidad elevada de exposición o interacción con personas enfermas o que están en tratamiento.

2.ª PREGUNTA: ¿CÓMO IDENTIFICAR LOS DIFERENTES TIPOS DE MASCARILLAS?

Las mascarillas protectoras difieren en términos de eficiencia de filtración bacteriana (BFE) y eficiencia de filtración de partículas (PFE). La BFE mide la eficiencia de filtración de las mascarillas para retener bacterias con un tamaño de partícula medio (MPS) de unas 3,0 micras. En cambio, la PFE mide la eficiencia de filtración de una mascarilla utilizando partículas inertes e inviables de 0,1 micras como mínimo. Las mascarillas con propiedades PFE proporcionan a los usuarios un mayor nivel de protección, dado que el coronavirus tiene un diámetro de entre 0,05 y 0,2 micras. Los dos tipos de mascarillas más aceptados son:

Mascarillas de tela y papel: Se denominan también mascarillas de uno o dos pliegues y son eficaces para evitar que las partículas grandes expelidas por el usuario lleguen al aire ambiental. También se ha comprobado que no son resistentes a la penetración de líquidos. Esto influye en su capacidad de protección y las hace menos eficaces para proteger al portador contra el virus. Por este motivo, su uso debería limitarse a situaciones de riesgo bajo.

Respirador N95: Esta mascarilla reduce la exposición del usuario a partículas aéreas o contaminantes muy pequeños, pero es posible que no proteja contra aerosoles o salpicaduras directas. El respirador N95 difiere de la mascarilla quirúrgica N95 que se utiliza principalmente en el sector sanitario.

Al contrario que las variedades anteriores, las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas N95 de grado médico ofrecen una eficiencia de filtración bacteriana (BFE) mínima del 95 %. Los usuarios deberían tener en cuenta que llevar una mascarilla médica desechable es suficiente si se encuentran en un espacio público sin contacto con pacientes.

3.ª PREGUNTA: ¿CÓMO COMPROBAR LA CALIDAD DE LAS MASCARILLAS?

Las mascarillas quirúrgicas deben ser conformes a las normas internacionales para productos sanitarios. Los fabricantes son responsables de garantizar que las mascarillas se hayan probado o aprobado según la normativa aplicable al producto en el país donde se venden. Las normas varían de un país a otro. Existen varias normas locales que se aplican a las pruebas de eficacia de las mascarillas, como BS EN, ASTM y GB. Algunas de las pruebas normativas para mascarillas protectoras incluyen la eficiencia en la filtración de partículas, la eficiencia en la filtración de bacterias, y pruebas de eficiencia antibacteriana. «Otros parámetros de prueba son la transpirabilidad, la inflamabilidad, la resistencia a la penetración de líquidos y la adaptación al rostro», indica el doctor von Hahn.

También hay que comprobar la fecha de caducidad de la mascarilla. Es posible que después de la fecha indicada una mascarilla no ofrezca el mismo nivel de protección y se haya degradado. Compre siempre las mascarillas a proveedores y en páginas web conocidos, para garantizar su autenticidad y calidad.

Cuando compre mascarillas, compruebe siempre la información del envase, para asegurar su eficacia y calidad. La información del envase suele incluir: el nombre del fabricante y el número del modelo en cuestión, una indicación de que la eficiencia del filtro de partículas es como mínimo del 80 % para las mascarillas quirúrgicas, y de más del 95 % para los respiradores N95, y sus fechas de caducidad.

Muchas empresas de todo el mundo colaboran en la lucha contra la pandemia y transforman sus plantas de producción para poder fabricar mascarillas y otros suministros médicos esenciales. TÜV SÜD también contribuye colaborando con sus clientes para acelerar los procesos de prueba de cara a garantizar que los suministros médicos esenciales que exportan cumplan los requisitos del mercado de destino.

La Comisión Europea ha publicado un documento sobre los procedimientos de evaluación de la conformidad de los equipos de protección, para los posibles fabricantes que quieran ayudar a combatir la pandemia.

4.ª PREGUNTA: ¿EL «USO EXTENDIDO» O LA REUTILIZACIÓN DE MASCARILLAS SON ACONSEJABLES?

La expresión «uso extendido» se refiere a la práctica de llevar el mismo respirador en varias ocasiones en situaciones de contacto directo con casos de posible infección sin quitárselo entre una situación y otra. Reutilizar la misma mascarilla habitualmente implica el uso del mismo respirador en varios encuentros con personas o reutilizar un respirador varias veces. Aunque cada persona puede tener sus preferencias, se recomienda encarecidamente que los usuarios no compartan el uso de la misma mascarilla y no reutilicen mascarillas de un solo uso.

No utilice desinfectantes ni alcohol, y tampoco aplique calor para desinfectar la mascarilla. Si una mascarilla está sucia, húmeda o deformada, no debe utilizarse.

CONCLUSIÓN: LA SEGURIDAD EMPIEZA CON LA CONCIENCIACIÓN Y LOS HÁBITOS ADECUADOS

Llevar una mascarilla es solo una de las medidas preventivas necesarias para combatir la pandemia. Hay otras prácticas importantes que deberíamos seguir como:

  • Una buena higiene: A medida que el virus sigue su curso, la mejor forma de luchar contra él es una buena higiene, lavarse las manos a menudo con agua y jabón, acudir a un médico si tiene síntomas, y evitar los lugares muy concurridos. Los usuarios siempre deben combinar el uso de mascarilla con unos hábitos de higiene básicos como lavarse las manos regularmente y evitar las concentraciones de gente. Ser consciente de esas normas y practicar estos hábitos le ayudará no solo a salvaguardar su propia salud, sino también a reducir el riesgo de infección y cortar de raíz la propagación de la enfermedad.
  • Distanciamiento social: Mantener una distancia de como mínimo 1 metro con otras personas que estornuden o tosan reducirá la posibilidad de contraer la enfermedad y de debilitar el sistema inmunológico.

Fuente

2020-10-01T09:14:47+00:00

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