PCR, IgG, IgM y antígenos: ¿Cómo sé si he pasado el coronavirus?

///PCR, IgG, IgM y antígenos: ¿Cómo sé si he pasado el coronavirus?

Desde que la pandemia por coronavirus llegara a nuestras fronteras no se ha dejado de hablar de la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), de anticuerpos, de la IgG, de la IgM… El último en añadirse a la lista ha sido el test de antígenos. Pero ¿tenemos claro qué significa cada resultado si debemos someternos a una PCR, a un test de antígenos o hacer una serología?

Los síntomas más comunes del coronavirus definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son la fiebre, la tos seca y el cansancio. Con todo, se reconocen otros menos frecuentes como los dolores o el malestar, la congestión nasal, el dolor de cabeza, el dolor de garganta, la falta de gusto o de olfato, conjuntivitis, diarrea, erupciones cutáneas y ciertas alteraciones en la lengua, lo que se ha denominado Lengua Covid. Una vez que aparecen esos síntomas, un médico puede pedir la realización de una PCR o de un test de antígenos para confirmar o descartar el diagnóstico. Ahora, además, se plantean en un horizonte cada vez más cercano las pruebas de saliva de antígenos como otra vía para detectar la presencia del coronavirus en el organismo.

¿Qué es la PCR?

La PCR es una técnica molecular que permite detectar el genoma del virus, ya sea a partir de su ARN (ácido ribonucleico) o de su ADN (ácido desoxirribonucléico). “En el caso del coronavirus detectamos el ARN del virus. Es decir, cuando el virus infecta a una persona se introduce en las células de la nasofaringe y se empieza a replicar. A partir de una muestra de la zona de la mucosa nasofaríngea intentamos detectar el ARN del virus”, explica a CuídatePlus Pilar Catalán, responsable de la Sección de Virología del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Gregorio Marañón.

Esta técnica, compleja y que debe realizarse en el laboratorio, permite conocer si la persona ha tenido o tiene una infección por coronavirus. Y se puede detectar tanto unos días antes de que empiecen los síntomas como largo tiempo después de que desaparezcan. “La prueba PCR determina si existe o no presencia del virus, no la cantidad de virus –carga viral– que posee el paciente”, añade Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

La PCR puede continuar siendo positiva durante varias semanas e incluso algunos meses. Pero esto no tiene por qué significar que el virus siga en activo sino que se siguen encontrando fragmentos del coronavirus. “Lo que manda es la sintomatología del paciente” y si los síntomas han desaparecido se considera que la persona se ha curado, explica Catalán

 

También se ha oído hablar en los últimos tiempos de la PCR de cadena larga. Se trata de una prueba que habitualmente se ha utilizado en otros campos de la Medicina, como la Genética o la Oncología, y que utilizan fragmentos muy largos de ADN. Según explica Alberto Delgado-Iribarren, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, estas técnicas son más costosas y más complejas que las PCR convencionales con las que se diagnostica el coronavirus, pero no implican una mayor fiabilidad en el resultado. “El diagnóstico por PCR convencional es igual de fiable porque se realiza a nivel de caracterización de la cepa”.

Rafael Cantón Moreno, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, añade que “son estrategias que se utilizan para amplificar una región más amplia de lo que se hace con amplificaciones más convencionales. Eso nos permite solapar unos fragmentos con otros y caracterizar unas variantes de una forma determinada. La PCR larga es una herramienta diagnóstica y no es exclusiva de coronavirus”.

¿Sirven las técnicas de PCR para detectar las variantes del coronavirus?

Según avanza la pandemia van apareciendo mutaciones del coronavirus original que dan lugar las variantes. Ya se han identificado tres: la británica, la sudafricana y la brasileña. Hay quien se pregunta si su prueba de PCR también le informará, además de si es positivo o negativo, si se ha contagiado con algunas de estas nuevas cepas. Actualmente en los laboratorios de Microbiología de algunos hospitales españoles ya se está utilizando la PCR -realizando las modificaciones técnicas pertinentes- para poder detectar la variante británica.

De momento no se realiza con todas las muestras ya que se trata de un proceso complejo. “Lo que hay que decirle al paciente o al médico que le trata es si la persona tiene coronavirus o no”, añade Cantón. Y es que el hecho de haberse contagiado con una cepa o con otra no varía ni el tratamiento ni las medidas de aislamiento e higiene que hay que tomar. Esta información recogida sobre la presencia de las mutaciones si tiene, sin embargo, interés para “los estudios epidemiológicos y para conocer cómo van penetrando las diferentes variantes del coronavirus”, añade Delgado-Iribarren.

Asimismo se están realizando estudios de secuenciación del genoma del coronavirus con algunas muestras para seguir aumentando el conocimiento sobre este patógeno.

¿Qué es el test de antígenos?

Los últimos en llegar al escenario del coronavirus en España han sido los test de antígenos. ¿Qué son? Según Delgado-Iribarren, los test de antígenos sirven para detectar “la presencia del virus de un modo muy sencillo y con dispositivos muy rápidos, del tipo a los del test de embarazo, etc”.

Una de sus ventajas por encima de la PCR es que los resultados se obtienen en unos 15 minutos y no hace falta contar con un laboratorio especializado. La rapidez permite adelantar la toma de decisiones en cuanto a confinamientos y al rastreo de los contactos. Eso sí, Delgado-Iribarren recalca que los tests de antígenos no se pueden hacer en casa, sino que la toma de muestras debe realizarla un profesional con un exudado nasofaríngeo.

Aunque los test de antígenos son más baratos que las PCR no tienen tanta sensibilidad. No obstante, permiten diagnosticar a personas con una carga viral alta. “Es una estrategia que se está siguiendo mayoritariamente en muchos países porque nos interesa mucho detectar a esos pacientes con gran cantidad de virus porque pueden ser grandes contagiadores”, dice Delgado-Iribarren.

La PCR permite detectar el coronavirus en cualquier momento de la infección. Por su parte, los test de antígenos son útiles en los primeros momentos desde que se ha producido el contagio, esto es, en los 5 a 7 días posteriores, momento en el que hay mayor cantidad de virus. Sin embargo, aunque en esos momentos la efectividad entre ambas pruebas es similar, Delgado-Iribarren explica que el test de antígenos se aplica principalmente en personas con síntomas.

Aunque la mayoría de los test de antígenos se están realizando desde los centros de salud, su gran capacidad diagnóstica hace que también se utilicen en los hospitales “nos interesa que la sala de urgencias no tenga aglomeraciones. Su utilidad es muy grande”. De hecho, trasladar a Atención Primaria la realización del test de antígenos ha permitido en cierta manera descongestionar los laboratorios de los hospitales, volcados en gran medida desde que comenzó la pandemia en la realización de PCR.

El uso de los test de antígenos en asintomáticos tiene mucha menos utilidad porque no se puede acotar el momento en el que se ha estado en contacto con el coronavirus. “Es útil si podemos acotar la infección. Ahí lo conveniente es utilizar una PCR,  ya que aunque haya niveles menores del virus esta prueba será capaz de detectarlo”.

¿Qué son los anticuerpos IgG e IgM?

Otra forma de saber si la persona ha estado expuesta al coronavirus es la detección de las inmunoglobulinas IgG e IgM. Existen cinco tipos de inmunoglobulinas. IgA, IgM, IgG, IgE (con varios subtipos) IgE (relacionada con las alergias) y la IgD. “Estas inmunoglobulinas son proteínas que reconocen, captan y bloquean los virus  para que las células del sistema inmune (linfocitos) puedan reconocerlos y eliminarlos”, apunta Carnevali.

En el caso de infecciones, como la del coronavirus, se analiza en sangre la presencia de anticuerpos IgG e IgM. “Los que primero se generan son las IgM. Suelen aparecer entre los 7 y 10 días tras el comienzo de la infección. Posteriormente aparecen los IgG, que permanecen de por vida en muchas infecciones. Y confiemos en que en el coronavirus también”, señala Catalán. Y es que aunque parece que esta inmunidad se prolonga en el tiempo aún es pronto para asegurar cien por cien que esto ocurre así puesto que el coronavirus es un patógeno reciente.

Según Carnevali, si al realizar una serología en sangre para detectar la presencia de los anticuerpos sólo se hallan IgM es muy probable que la infección se encuentre en sus fases iniciales. Esta inmunoglobulina va negativizándose en el curso de la enfermedad. Sin embargo,si aparecen tanto la IgM como la IgG es posible que haya “pasado más tiempo desde el inicio de la infección y que queden restos de la fase aguda. Cuando sólo se observan anticuerpos IgG pensamos que la fase de replicación viral ha pasado”, dice Carnevali.

¿Positivo o negativo?

Entonces ¿qué significan los positivos y los negativos? Pueden darse varias opciones:

  • Si la IgM y la IgG son positivas la persona está pasando una infección relativamente reciente y está desarrollando anticuerpos.

  • Si la IgM es positiva y IgG negativa puede significar una infección muy reciente. En este caso conviene repetir la analítica a los quince días para comprobar si la IgM se vuelve negativa y la IgG positiva, lo que implicaría la aparición de anticuerpos.

  • Si la IgM es negativa y la IgG positiva muestra que la persona ha estado en contacto con el virus y ha generado anticuerpos. “Es la situación ideal y en principio la persona tiene protección frente a una nueva infección”, añade Catalán.

  • Si la IgM y la IgG son negativas la persona no ha estado en contacto con el virus y no ha desarrollado anticuerpos.

Catalán advierte de que la IgM puede dar falsos positivos y lugar a confusiones y lo achaca a una baja especificidad de la prueba. No obstante, el panorama aún puede cambiar puesto que la tecnología que se utiliza para un virus tan nuevo es posible que avance en los próximos tiempos.

Lo mismo ocurre con los test rápidos, que, aunque cómodos, son menos fiables que las pruebas de laboratorio. Este tipo de pruebas “no identifican el ARN del virus sino que detectan los también los anticuerpos producidos frente al virus en sangre, pero no los cuantifica, sólo dice si están presentes o no”, afirma Carnevali.

Aunque ha habido en los últimos meses cierta confusión con qué son los test rápidos, Delgado-Iribarren recuerda que estos muestran información sobre la generación de anticuerpos y si la infección se ha producido en los 7-10-14 días previos. Se trata de una prueba muy sencilla que se realiza pinchando el dedo del paciente y poniendo la sangre en un dispositivo, de forma muy similar a cómo se realizan los controles de glucemia en diabetes. “Los test rápidos no sirven para detectar infecciones activas. Son muy útiles para estudios de seroprevalencia, aunque son menos menos sensibles que cuando se analiza la presencia de anticuerpos con un análisis de sangre completo”.

Inmunidad celular

Gracias al análisis de las IgG se ha comprobado que un 15% de la población no genera anticuerpos. ¿Por qué? Según Catalán esto puede deberse bien a que sea necesario contar con pruebas más avanzadas o a que el sistema inmune ha utilizado otras vías de defensa, como la inmunidad celular; “en el caso de el organismo deba volver a enfrentarse con el virus el sistema inmune activará otras vías celulares para defenderse de la infección”.

Fuente:

2021-02-14T22:15:11+00:00

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