Siempre digo que la medicina no lo sabe todo ni los médicos tampoco. Por lo menos yo no lo sé todo. Internet tampoco. Y creo que entre los pacientes que veo hay un gran número de ellos que han visitado numerosos colegas durante años… y les han dicho que no tienen nada. O si tienen algo, no han dado con ello. Por eso digo que son pacientes “complejos”, que han sido sometidos a muchas pruebas exploratorias y no han conseguido el resultado apetecido. Cuando yo tampoco lo logro, se sienten defraudados porque sus expectativas eran de “a ver si este…”. Parece como que existe por parte de los médicos la obligación de acertar. Yo lo único que puedo garantizarles es que pongo todo mi conocimiento e interés en estudiar su caso y ofrecerles mi visión del problema, así como la solución o soluciones posibles. No puedo garantizar resultados, ni yo ni nadie debe garantizarlos en medicina. La medicina como disciplina se está haciendo constantemente al albur de nuevas teorías o paradigmas. En ocasiones te enfrentas a un caso que médicamente tiene poco recorrido porque la ciencia le augura un mal pronóstico. Son esos casos que en tres minutos “están vistos para sentencia”, y sin embargo, procuras dedicarle tiempo para que la consulta no sea tan fría y distante. Otras veces el paciente sospecha que sus preocupaciones son fruto de su hipocondria o se abona a teorías emergentes que parece que le convencen más (alergias, intolerancias, dietas,…permeabilidad intestinal, microbiota).
A través de Doctoralia me llegan muchas preguntas de pacientes y llevo más de 18.000 contestadas. Las más recientes muestran pacientes con preocupación por lo que va a ser su salud en la era post-COVID. También recibo opiniones (más de 6.000 comentarios lleva este blog) y valoraciones, muchas de ellas positivas como se ve en mi página de Doctoralia pero también alguna negativa. Y esas son las que más me interesan, la de las personas que quedan disconformes con la atención recibida o que se sienten defraudados por el resultado. Aunque de ordinario a todos nos molesta la crítica en nuestro ego, el análisis de la opinión desfavorable permite descubrir el origen del desencuentro.
En el tiempo que llevamos tras el paso de COVID he visto que estas preocupaciones han ido en aumento y la perspectiva es que van a incrementarse, porque el mundo ha cogido miedo, mucho miedo. La gente tiene miedo a morirse sin saber de qué. Hay que vacunarse frente a la pandemia. Por eso he escrito el libro que pongo ahora a su disposición.
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